viernes, 15 de marzo de 2013

Almohadas con amor



Ya de por si al repetir la palabra varias veces empieza a sonarte un tanto extraña.

Almohada
Almohada
Almohada
Almohada
Almohada
Almohada

Las hay de relleno natural, rellenas de fibras sintéticas, de espuma, de látex y ¡Hasta de agua! ¿Quién y lo que más me intriga porqué comprarían una almohada de agua? Si las fabrican es por algo, solo digo eso.

El ser humano y sus alocadas maneras de "relajación"

Para qué sirven, pues por lo que me he enterado hay personas que utilizan hasta 3 y 4 a la misma vez (ni comparten ni nada...¿podrían llamarse rácanos de almohadas? Si, les adjudico ese nombre)

Hay personas que duermen prácticamente sentadas (las anteriormente mencionadas como rácanas de almohadas)

Otras prefieren una sola.  Puede que sean las personas o más normales o más sosas.

Otras, sin embargo, me incluyo, no le tienen tanto cariño a la famosa almohada. Prefieren el suave y aplastante choque de su rostro con el colchón, la pena es cuando el colchón es de los antiguos con resortes y debes mover la cabeza unas 32 veces para encontrar el huequecito en el que el cachete te queda en medio de los resortes (ahí es cuando sientes que el día ha acabado como debía) y no encima con la sensación de que la mandíbula se te desarmará en cualquier momento.

¿Dónde queda la almohada de estas últimas personas?
O bien pasan a formar parte del decorado del suelo de la habitación o (la opción que más me gusta) pasan a ser tu fiel pareja a la hora de dormir.

Digamos que una almohada es la pareja perfecta. No se queja, no se mueve, no da patadas, se amolda sin excusa alguna a cualquier postura que quieras adoptar. Y lo mejor, no se queja por mancharla en esas noches al llegar de fiesta que ni recuerdas, y en la mayoría de los casos, ni quieres quitarte el maquillaje (ciertamente he adoptado una postura muy feminista para este último comentario)

Ahora que lo pienso...podría ser divertido eso de tener como pareja a una almohada de agua (libre interpretación para este pensamiento tan profundo)

Creo que, ahora no porque soy solo una estudiante universitaria que bebe cervezas del Mercadona para así pagar también las fotocopias de cada día, pero cuando tenga dinero (¡¿cuando tenga dinero?!) seré de las que compren las almohadas (y colchón) que tanto anuncian en la tele con sus múltiples beneficios para el cuerpo. 

Ah, claro, olvidaba decir que aunque compre la más cara y mejor almohada, seguirá siendo mi fiel pareja cada noche. La compraría por fardar, como todos. 

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